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En el marco del coronavirus, arreglar el tema de la deuda lo más rápido posible ayudaría mucho a recuperar la economía post-coronavirus. Porque eso permitiría que el próximo año sea más fácil acceder al crédito internacional, o por lo menos para las empresas que inviertan en Argentina o que produzcan localmente.
Por el contrario, si la propuesta resulta rechazada será difícil atraer inversiones, las empresas que exporten desde nuestro país estarán en desventaja respecto de otras empresas del mismo rubro con las que deban competir en el mercado internacional. A su vez, ello complicaría mucho las posibilidades de salir de la recesión.
Esta oferta en particular implica básicamente postergación de pagos y reducción de la carga de intereses, pero Guzmán en su discurso no presentó la oferta formal, sino sólo los lineamientos, con lo cual aún es difícil evaluar que chances tiene de ser aceptada. Por otra parte, habrá que ver que posibilidades hay de negociar ciertas condiciones.
En primer lugar, hay que entender que la oferta qué está haciendo el Gobierno es solamente por la deuda en moneda extranjera que se rige por ley extranjera. De los u$s 320.000 millones de la deuda pública nacional, la deuda que se intenta canjear con esta oferta son u$s 68.500 millones, o sea, algo más del 20% de la deuda.
Lo que sucede es que esta negociación puede ser también parámetro para negociar la deuda en moneda extranjera pero que rige bajo la ley Argentina que suman unos u$s 15.000 millones adicionales. Si los bonistas bajo ley extranjera aceptasen esta oferta, muy posiblemente los acreedores qué tienen títulos bajo ley local, la acepten también dado que tienen una posición legal más débil.
En efecto, los bonos bajo ley extranjera tienen un contrato que los regula mientras que los bonos ley Argentina no lo tienen y eso permite que el Gobierno cambie las condiciones unilateralmente y la única defensa del acreedor es ir a juicio en Argentina.
Como los juicios en Argentina no son la forma más eficiente de resolver conflictos, los acreedores suelen estar más dispuestos a negociar. sin embargo, en los títulos ley extranjera hay un contrato que exige que los acreedores acepten los cambios en las condiciones de lo títulos. La mayoría de los títulos extranjera requieren que un cierto porcentaje de los acreedores acepten dichos cambios en las condiciones para que estas sean válidas. En general, dicho porcentaje se encuentra entre 60% y 75%.
Cuando se habla de condiciones de los bonos básicamente está hablando del monto, de la tasa de interés, de la moneda, de la legislación aplicable y del flujo de pagos en las fechas establecidas. Cualquier cambio en estas condiciones implica un cambio del valor del activo del que se trate un bono que pague a plazos más largos que otro valdrá menos Lo mismo sucederá con un título que tenga una tasa de interés más baja.
Todas las condiciones se ven reflejadas en el valor actual de un bono. En condiciones normales, el valor actual del bono coincide con el precio del mismo, pero cuando se trata de una oferta de canje no existe un precio de mercado de esa oferta. Eso significa que los bonistas deberán estimar cual será el riesgo argentino si se acepta el canje (exit yield).
Ello dependerá del programa que presente el Gobierno, de la sostenibilidad fiscal de la Argentina y de las expectativas de crecimiento. Todo ello implica una evaluación del programa económico argentinos en los próximos. Lo cual tiene cierto grado de subjetividad, en especial, cuando el Gobierno no presentó ninguno. Ni siquiera el Presupuesto de 2020. A partir de ello los acreedores deberán calcular el valor presente de la oferta del Gobierno y determinar si están conformes.
Si la mayoría está conforme y alcanzan a juntar lo suficiente cantidad de votos como para cambiar las condiciones de los títulos públicos actuales, el canje será exitoso. Para eso tienen un periodo de 20 días. En ese periodo puede suceder varias cosas. En primer lugar, va a haber bonos que deban pagar intereses o capital mientras se evalúa la oferta.
En ese sentido el 22 de abril es una fecha clave para Argentina porque ese día vencen cupones de los Bonos Globales 2021, 2026 y 2046. Si Argentina no paga esos cupones en esa fecha se abre un período de 30 días antes de que se declare el default de la deuda. Pero antes de que eso suceda vence el plazo que tienen los acreedores para aceptar la oferta.
En segundo lugar, podría suceder que en esos veinte días algunos acreedores no estén de acuerdo y puedan ser convencidos con alguna negociación o una mejora en ciertas condiciones como el plazo de los nuevos títulos. Para que esto suceda, debería haber cierta aceptación inicial. Recordemos que no todos los acreedores son iguales y que no todos quieren o necesitan lo mismo.
En todo caso, podemos decir que ahora la oferta va a estar en la cancha. Si los acreedores no la ven muy mal y hay espacio para negociar, entonces aumentan las chances de que Argentina solucione el problema de los flujos financieros y ello mejora las chances de una recuperación rápida tras la cuarentena y el gobierno podrá dedicarse a realizar las reformas que se necesitan para volver a crecer.
Pero si la oferta es rechazada y Argentina entra en default sin solución de continuidad, entonces, la recuperación será mucho más difícil.
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